Tribulaciones de Fernán

-Habláis mucho, Fernán, y vuestras palabras delatan vuestra devoción por ese demonio. Recordad que ya no navegáis con él: venís a enfrentaros a ese que decís hermano.

El sarcasmo marcó las palabras de Ovando, y una duda asaltó mi mente: ¿realmente sería capaz de cumplir mi cometido cuando me encontrase frente a él?


(Lanza y oro. Desventuras de Pedro Cabrón)

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