Es
considerado el primer pirata del Caribe, era un hombre vividor, amigo de
regalo, acosado por los acreedores que tenía en la Isabela, se apoderó de una
de las naves surtas en el puerto, en compañía de 70 compañeros de su especie, y
se arrojó a probar fortuna. Tuvo el contratiempo de que le echaran mano en
Jamaica (1511) y le condujeran a la Española, donde por sus delitos fue
justiciado.
Cuenta
la leyenda que llegó a América en el
segundo viaje de Colón. Consiguió tierras y algún ingenio azucarero
habituándose como muchos otros colonos a un fortísimo licor que se conseguía
destilando la melaza que queda de fabricar azúcar: el ron. Pero empobrecido y perseguido por los
acreedores se dedicó abiertamente a la piratería.
Es
conocida su llegada a Darién donde dieron con Alonso de Ojeda en una situación
lamentable. Parecía que los exploradores de la expedición de Ojeda, sitiado por
los nativos. Cuando las naves de Bernardino de Talavera aparecieron, los
desesperados expedicionarios se creyeron a salvo, pero Talavera aprovechó la
situación para hizo vender provisiones a
los expedicionarios. Aunque acepto que Ojeda, que estaba gravemente herido,
subiese a bordo esperando recibir rescate. Como nota curiosa, una cruenta
tormenta se desató sobre la flota pirata y Ojeda tuvo que ponerse al frente de
la misma para salvar la situación. Lograron así llegar a Cuba, pero Ojeda se mantuvo
al frente de la pequeña flota pirata hasta llegar Jamaica. Finalmente, pese a
la oposición de Ojeda, Talavera fue ahorcado en la Española en 1511.
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